Sodomía: conocer los riesgos asociados a esta práctica sexual

La sodomie : Comprendre les risques associés à cette pratique sexuelle
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La sodomía es una práctica sexual que suele suscitar muchas preguntas e inquietudes, sobre todo en lo que se refiere a los riesgos que puede entrañar. En este artículo, exploramos los diversos peligros potenciales asociados a la sodomía y cómo prevenirlos.

Riesgos de infección y enfermedades de transmisión sexual (ETS)

Como cualquier otra práctica sexual, la sodomía presenta riesgos de infección y transmisión de enfermedades de transmisión sexual (ETS) como :

  • Sífilis: Infección causada por la bacteria Treponema pallidum, que puede transmitirse durante el coito anal sin protección.
  • Gonorrea: También conocida como «la gonorrea», esta infección está causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae y puede contraerse por contacto con las mucosas infectadas de la pareja.
  • Clamidia: Esta infección está causada por la bacteria Chlamydia trachomatis y también se transmite por relaciones anales sin protección.
  • Hepatitis B y C: Estos dos virus pueden transmitirse durante el coito anal sin protección, especialmente si uno de los miembros de la pareja tiene lesiones o llagas.

Por eso es vital protegerse durante el sexo anal utilizando siempre preservativo y lubricantes de base acuosa para evitar las lesiones y desgarros que pueden facilitar la transmisión de estas infecciones.

Riesgo de lesiones y traumatismos

Como el canal anal es más estrecho que la vagina y está menos lubricado de forma natural, existe un mayor riesgo de lesiones o traumatismos durante la penetración anal. Éstos son algunos de los problemas potenciales:

  • Desgarros y fisuras anales: Pueden producirse si la penetración es demasiado brusca, está insuficientemente lubricada o se realiza sin la preparación adecuada. Estas lesiones pueden ser dolorosas y aumentar el riesgo de infección.
  • Hemorroides: La presión ejercida durante la sodomía puede agravar las hemorroides existentes o provocar otras nuevas.
  • Prostatitis: En el receptor masculino, la penetración anal demasiado profunda o violenta puede provocar una inflamación de la próstata, conocida como prostatitis.

Para minimizar estos riesgos, es esencial tomarse su tiempo, comunicarse bien con su pareja y favorecer una buena lubricación antes y durante el sexo anal. Además, escuchar a tu cuerpo y respetar sus límites te ayudará a reducir el riesgo de lesiones.

Dilatación anal progresiva: la clave para evitar traumatismos

Una buena preparación para el sexo anal implica una dilatación anal progresiva, para permitir que el esfínter se relaje y se adapte a la penetración. He aquí algunos consejos para lograrlo:

  1. Empieza con suaves caricias alrededor del ano y utiliza un lubricante a base de agua para facilitar esta etapa.
  2. Introduce suavemente un dedo lubricado en el ano, teniendo cuidado de cortarte antes las uñas para evitar cualquier herida.
  3. Poco a poco, ve introduciendo dos o más dedos, siempre con abundante lubricante.
  4. Si es necesario, utiliza juguetes sexuales adecuados, como plugs anales, para continuar el proceso de dilatación.

Lo importante es ir a tu ritmo y no forzarte si sientes alguna molestia o dolor.

Riesgos psicológicos y emocionales

Aparte de los riesgos físicos, la sodomía también puede tener repercusiones psicológicas y emocionales, sobre todo si se lleva a cabo sin consentimiento o como parte de una relación abusiva. Estas consecuencias pueden incluir:

  • Ansiedad: El miedo al dolor, las lesiones o las infecciones puede provocar ansiedad, sobre todo en personas sin experiencia o que se sienten incómodas con esta práctica.
  • Culpabilidad: Algunas personas pueden sentirse culpables de la sodomía debido a sus creencias religiosas, culturales o morales.
  • Trauma: La sodomía no consentida o la sodomía vivida como violencia puede causar un trauma psicológico y provocar problemas de salud mental como el estrés postraumático.

Para evitar estos riesgos, es esencial establecer una comunicación abierta y honesta con tu pareja, asegurar el consentimiento mutuo y practicar la sodomía en un contexto de confianza, respeto y amabilidad.

En resumen, aunque la sodomía puede presentar ciertos riesgos, también puede practicarse de forma segura y satisfactoria para ambos miembros de la pareja. Lo único que hay que hacer es informarse, tomar las precauciones necesarias y comunicarse abiertamente con la pareja.

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